Fotografiar el silencio

En  un mundo donde el ruido es atronador e incesante, reivindico el acto  fotográfico como un acto de profundo silencio: el tiempo se detiene por  un instante después de un proceso interno apenas perceptible si una no  pone atención, apertura, presencia y consciencia. En ese instante, el  silencio se hace visible y podemos contactar con nuestro ser, con lo que  nos habita cuando dejamos a un lado todos los ruidos que distorsionan  nuestra verdadera esencia. El clic revelará lo que somos.

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Fotografiar el silencio propone un proceso de profundización en la pregunta ¿quién soy?,  una pregunta que, a menos que se responda de forma automática, lleva,  indefectiblemente, al silencio, un silencio tan temido como evitado en  la sociedad actual. A través de ejercicios que nos conducirán hacia la  escucha e integración de niveles tan distintos de nuestra persona –y al  mismo tiempo tan interrelacionados– como son el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu, seremos invitados a vivir un proceso de transformación personal y grupal con la fotografía y otras artes como catalizadoras.

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(Necesitarás:  ropa cómoda, un cuaderno y un bolígrafo. Trae algo de comida y bebida  para compartir en el pic-nic que haremos a la hora de comer. El alcohol  no está permitido)